Las Buenas Raíces

 

¡Bienvenidas y bienvenidos todos!

 

Las buenas raíces de nuestras casas e inmuebles toca diversos temas: Desde ecologizar una casa (más fácil de lo que imaginas); encontrar un inmueble eco amigable; nadar en una alberca ecologizada; soluciones y productos que no dañan ni tu salud, ni la de tu entorno, ni la del medio ambiente.

 

HOY:

Mejorar nuestro medio ambiente es coherente, congruente y puede ser sencillo si lo iniciamos en casa. Requiere de inversión, cierto, pero puede ser benéfico para tu bolsillo en el mediano plazo. Revisa estos 5 consejos, los hay baratos y caros, pero todos te harán ahorrar en un futuro no muy lejano.

 

“Una casa en el paisaje debe mejorarlo, y si no lo mejora debe, al menos, asimilarse a él”  

Glenn Murcutt

 

Dicen que tu medio ambiente y entorno moldean quien tú eres. Poderosa afirmación. Está muy bien encontrar un lugar en el mundo que nos beneficie. Pero creo que es más poderosa aquella persona que puede mejorar su medio ambiente, su entorno, donde ya se está, para beneficio de sí misma, y para beneficio de su familia o su comunidad. 

 

No necesitamos ser Greta Thunberg, o activista de Greenpeace para lograrlo. A veces simples y sencillas soluciones pueden iniciar un aporte positivo que nos ayudará a ahorrar tiempo, energía y dinero. El éxito de estos pequeños logros nos pueden motivar a seguir contribuyendo más y más en favor de un medio ambiente sano y una comunidad igualmente sana.

 

¿Y si ecologizar tu casa fuera tan fácil como seguir 5 pasos? Tal vez te des cuenta que ya has dado alguno de estos pasos antes por cualquier razón. Sigue dando pasos...

 

1. Instala un calentador solar

 

Barato, cada vez más. Sí funciona, sobretodo en regiones del mundo entre trópicos con exposición solar alta. 

 

Los calentadores solares dependen en gran medida de su capacidad de calentamiento (sobretodo en lugares donde no hay tanta exposición solar) y de su capacidad de almacenaje (y que se mantenga caliente). Así que elige uno preguntando sobre este par de detalles.

 

Dos recomendaciones muy puntuales: Adquiere un calentador solar un poquito más grande de lo que crees que necesitas. Esto te ayudará a sortear días en los que demasiada nubosidad arruinaron las estadísticas de exposición solar de tu región. Y también si no puedes ayudar a tu sistema circulatorio con agua un poco más fría de lo que acostumbras. La segunda recomendación puntual tiene que ver justamente con esto. Es decir, si no puedes dejar de usar agua súper caliente, mantén tu sistema de calentamiento del agua actual o consigue uno eléctrico que complemente a tu calentador solar. El siguiente consejo te dará una buena noticia…

 

2. Instala páneles solares

 

No tan baratos, pero cada vez más, y cada vez más opciones que lo hacen realmente accesible.

 

Algunos países ya tienen reglamentación que permite a los usuarios no solo comprar energía eléctrica, sino venderla, o, al menos, compensar el gasto. También la industria ha ido incorporando no solo mejores precios o tecnologías que maximizan la energía solar, sino también esquemas de crédito e incluso renta.

 

Nuestro consejo: encuentra una compañía que te instale los páneles a crédito. La compañía te sigue cobrando tu recibo de energía eléctrica tal cual pagabas en tus últimos consumos mensuales o bimestrales. Al correr de unos años habrás pagado el total de la inversión con el consecuente ahorro, es decir, no pagarás nunca más un recibo al precio que lo hacías, solo pagarás a lo mucho un 10% (dependiendo la inversión total que hiciste). 

 

Puedes además no hacer una inversión del 99% del uso de tu energía, podría ser del 50% y luego escalar. 

 

3. Instala una estufa de inducción electromagnética

 

Parece una opción cara. Y puede serlo, pero hay estufas muy baratas en el mercado (a veces demasiado baratas, pero cuidado que si fallan, no todo mundo las puede reparar). 

 

Este paso es sobretodo efectivo si sigues el paso 2. De hecho sería igualmente efectiva una estufa eléctrica. Pero la estufa electromagnética es una estufa sumamente eficiente. Y esto se debe a que el calor pasa únicamente a través del material metálico de la olla, cazuela o sartén. El punto negativo es que si no son aptas para una estufa así, tendrás que adquirirlas con capacidad para ese uso. Si te gustan los frijoles de olla de barro, no podrás cocinarlos en ella.

 

Si todavía usas gas butano, deberás de saber además que una fuente de carburación dentro de casa (lo mismo que un calentador de paso o bóiler dentro de casa) no es muy sano para tus pulmones o de quienes habitan en tu casa. Claro, mejor que una estufa de leña, pero una estufa eléctrica o de inducción electromagnética superan a cualquiera. Además de evitar riesgos de incendios o fugas de gas.

 

4. Cuando cambies de refrigerador revisa este detalle: el refrigerante

 

Los refrigerantes han sido causa de muchos males al medio ambiente. Cierto, nos han permitido mantener nuestra comida sin patógenos que nos generen infecciones (cuidado con este argumento porque también los refrigeradores son puntos de alta contaminación de comida).

 

En los últimos años hemos sido bombardeados con la idea de que había refrigerantes ecológicos. Sí que los hay, y en los últimos meses ya se comercializan más y más. Pero, los refrigerantes “ecológicos” tan solo abordaban un aspecto: ya no dañaban la capa de ozono. Esto en gran medida a la presión social de principios de los 90’s por los así llamados “hoyos” en la capa de ozono.

 

Sin embargo, los refrigerantes que ya no la dañaban, sí contribuían (y mucho) al calentamiento global con una huella de carbono altísima. 

 

Ahora, ¿cómo sé si mi refrigerante además de no dañar la capa de ozono, tampoco contribuye al calentamiento global? Existen cuadrantes que así lo señalan. En nuestra experiencia e investigación, el mejor de todos es el R600a, hasta que salga uno nuevo. Aunque sí es inflamable (las condiciones de uso en casa y su ubicación son estrategias suficientemente seguras para que esté en el mercado) su aportación contaminante es mínima. Un refrigerador con este refrigerante será un 25-50% más caro que uno con R22 por ejemplo, pero el planeta lo agradecerá mucho. Sobretodo si tomamos en cuenta que refrigerantes de este tipo se usan en aires acondicionados de casa y vehículo e incluso en calentadores. 

 

Otro pequeño consejo aquí mismo: Ponle un timer al enchufe de tu refri. Si ya conoces los horarios nocturnos en los que nadie abre el refri en tu casa, apagarlo por un cuarto o un tercio del día es decir, 6 u 8 horas reducirá eso mismo en gasto energético. No todos los refris, incluso algunos ya tienen sistemas “inteligentes” con modos nocturnos, a veces automatizado, que desconectarlos solo hará que su reinicio consuma más energía que la que pudiste haber ahorrado por desconectarlo.

 

5. Instala un filtro purificador de agua

 

Parece una medida cara. No lo es. Parece una medida innecesaria o que no aporta mucho al medio ambiente. Pero si medimos o pensamos en todos esos vehículos que transportan toneladas de agua (sin tomar en cuenta el manejo del agua que hacen industrias acaparadoras de agua), o los envases que requerimos para mover toda esa agua. ¡Uff!, nuestras matemáticas ecológicas nos gritarán que sí lo hagamos.

 

Además, nos aseguramos de la calidad del agua, que es muy superior a la ofrecida por cualquier empresa de agua “baja en sales”. Industrias que permiten muchas partes por millón de contaminantes y que desmineralizan casi por completo las aguas, que más que saciarnos, pasan a través de nuestro cuerpo como barredoras removiendo minerales sin reponerlos o proveer de nuevos nutrientes minerales en su paso.

 

También existen en el mercado diversos servicios de renta de filtros. Con mantenimientos accesibles, es decir, no tienes que gastar una fortuna en conseguir un equipo de buena calidad, porque ya te los prestan por cantidades que no rebasan lo que gastas actualmente en garrafones y/o agua embotellada al mes.

 

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Esperamos que estos 5 prácticos consejos sean tus primeros pasos. Si ya los diste, o si te parecen insuficientes espera nuestro próximo post con 5 nuevos pasos para ecologizar nuestra vivienda y el medio ambiente donde habitamos.

 

 

Bibliografía y fuentes: